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Espiral del silencio

La teoría del Espiral del Silencio fue formulada por Elizabeth Noëlle Neumann en la década de 1970. El comienzo de la investigación se remonta a 1971 a partir de una serie de entrevistas desarrolladas por el Institut für Demoskopie Allenbasch de Alemania.

Concebida como una teoría de la opinión pública, uno de los principales objetivos de la investigación fue determinar cuáles son los factores y características de su proceso de formación.

Según esta perspectiva, la opinión pública es el resultado de la interacción de los individuos con su entorno. En su proceso de construcción, el temor al aislamiento social de las personas resulta determinante, ya que “para no encontrarse aislado, un individuo puede renunciar a su propio juicio. Y esta es la condición de la vida en una sociedad humana; si fuera de otra manera, la integración no sería posible” (Noëlle-Neumann, 1995, p. 200).

Para desarrollar la vida en sociedad y vencer la amenaza del aislamiento, los individuos desarrollan un “sentido cuasiestadístico” que les permite construir una percepción de cuáles son las ideas mayoritarias y minoritarias sobre los temas; cuál son los rasgos movilizadores y apremiantes de tales perspectivas; y cuáles son las posibilidades de éxito o fracaso de tales ideas en el futuro. 

¡Importante!

La percepción de que una idea es mayoritaria no está ligada necesariamente al número de personas que efectivamente la comparten, sino a la capacidad de sus portadores de presentarla como tal a partir de los medios con los que cuentan y su predisposición a comunicarla. 

A partir del sentido cuasi estadístico desarrollado por los individuos y a la posibilidad de que estos renuncien a su propio juicio ante la amenaza de aislamiento social, la opinión pública resulta de un proceso interactivo que genera un espiral del silencio. Esta se define como la opinión que puede ser expresada en público sin riesgo de sanciones. Es decir, “podemos describir la opinión pública como la opinión dominante que impone una postura y una conducta de sumisión, a la vez que amenaza con aislamiento al individuo rebelde y, al político, con una pérdida del apoyo popular” (Noelle Neumann, 1995, p. 201). 

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Espiral del Silencio

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