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Influencia entre agendas

Ahora pondremos el acento en algunos factores que mencionamos en el gráfico anterior. La variable “otros medios”, que observamos en el esquema, supone una retroalimentación entre los propios medios en la conformación del orden del día (McCombs, 2006), concepto que se denominó intermedia agenda-setting. En ese sentido, se constató que los efectos son distintos según se trate de diarios nacionales o locales, o de diarios y medios audiovisuales. Es posible afirmar, por un lado, que los diarios tienen mayor efecto que la televisión por la profundidad y la extensión en el tratamiento de la información pero sería necesario incorporar una dimensión económico-financiera que se sume a la político-cultural para observar la capacidad de los medios de fijar agenda. Por otro lado, nos preguntamos ¿qué papel cumplen los nuevos medios? ¿Quiénes fijan más agenda: los diarios tradicionales, los portales web, las redes sociales? Si bien diversos autores (Kushin, 2010: Parmelee y Bichard, 2012; Parmelee, 2014) encuentran en plataformas de redes sociales como Twitter la capacidad de diseminar el tráfico de información a través de las restantes plataformas, de persuadir políticamente y de impactar en la agenda noticiosa (Aruguete, 2015), sobre esto todavía no hay estudios concluyentes. 

Pastilla

Los/as invito a pensar en este eje a partir de la entrevista en Página/12 al investigador Ernesto Calvo, autor del libro "Anatomía política de Twitter en Argentina, tuiteando #Nisman", quien explica cómo opera la batalla política en las redes sociales. Presten atención a la respuesta que da Calvo sobre la relación entre la información que circula en los medios masivos y la que se transmite en la red y el ejemplo que brinda. 

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A las semejanzas encontradas en las coberturas de los distintos medios que no solo publican los mismos tópicos sino que le dan un tratamiento similar se las denomina “homogeneidad, consonancia o conformidad” (Aruguete, 2011). Algunos de los estudios realizados en Argentina (Boczkowski, 2010; Casermeiro de Pereson, 2004; Rey Lennon, 1998) evidenciaron dos mecanismos íntimamente relacionados: consonancia e influencia recíproca en la configuración de la agenda mediática, principalmente entre los diarios de mayor tirada como Clarín y La Nación.

En base al concepto de “proceso arterial”, Warren Breed (1955) ilustró la influencia de los diarios líderes sobre los de menor tirada con la consecuente "estandarización" de la información. ¿Por qué hablamos de proceso arterial? El autor lo comparó con la desembocadura de riachuelos, arroyos y corrientes en un gran río, sólo que en la arena mediática es al revés: el derrame se da desde la gran prensa a los pequeños periódicos. Esa influencia no sólo se produce en el terreno de "los temas que importan", con la ubicación en tapa o el tiempo dedicado en televisión y radio a tales cuestiones, sino también con respecto a las huellas que quedan, las actitudes políticas y las reacciones de los periodistas.

Hagamos el ejercicio de imaginarnos el interior de las redacciones, más precisamente las reuniones de temario o tapa. En esas fases del proceso productivo una de las rutinas más repetidas es la de confirmar el juicio periodístico con otros medios. En las reuniones de temario en Clarín se analiza qué publicó La Nación ese día. Esto no es exclusivo de las redacciones argentinas; seguramente los editores de The Washington Post estarán pendientes de las portadas de The New York Times y viceversa, y una situación similar se produce en la redacción de El Mundo y El País, en España. Podemos graficar este escenario con una frase que forma parte de la jerga periodística: “¿qué nos ‘comimos’ hoy?”; un lema que trasciende las fronteras. Por otro lado, hasta hace unos pocos años lo que ocurría en el ecosistema de Internet y las plataformas de redes sociales no se colaba en esas reuniones de tapa. Hoy forma parte de las rutinas y la audiencia se ve reflejada en la relación entre las agendas mediática y pública.