Voces
Dentro de las películas visionadas por el equipo, llegamos a la conclusión que el film con el mejor trabajo de voces es Artigas: La Redota ya que para la realización debieron imaginarse cómo eran las voces de los distintos personajes históricos que aparecen, desde el pintor Blanes hasta la voz del prócer mismo. Al no haber registros sonoros de la época el trabajo de construcción de voces, sumado al desafío de generar diálogos con un castellano de época, creemos que hace de esta obra la más destacada en este sentido.
Otro recurso a destacar es la utilización de la voz en off. El relato es llevado adelante por un personaje español que es enviado a espiar a Artigas, y en varias escenas escuchamos la voz de sus pensamientos o de cosas que le dijeron otros personajes que dan coherencia y continuidad a la historia.
Por otro lado, estamos de acuerdo en que la música de El Viaje Hacia el Mar es uno de sus puntos fuertes, pero si tuviéramos que elegir un aspecto que no se destaque podríamos nombrar algunos inconvenientes que hubo al grabar las voces.
Más allá de las características sonoras de las voces, como el timbre, que creemos que son apropiadas para cada personaje e incluso dotan de toques de humor, pudimos notar algunas dificultades técnicas que se presentaron al grabar las voces en los planos más abiertos, por ejemplo, cuando la cámara se alejaba de los protagonistas en los que parece que algunas voces tuvieron que ser grabadas posteriormente. Esto se puede notar en algunas partes de la película sobre todo cuando dialogan en el camión, donde en determinados momentos algunos personajes parecen estar hablando pero no se escucha su voz, a diferencia de Artigas: La Redota, donde no percibimos mayores dificultades en la toma de las voces.
Esto sucede en un par de momentos puntuales de la película, por lo que no contribuyen un gran problema para el espectador ya que no es algo claramente evidente sino que se debe prestar mucha atención para darse cuenta. Es lo único que a nivel sonoro podríamos criticar sobre el filme.
Música
El Viaje Hacia el Mar destaca por su utilización de la música (diegética y extradiegética) presente durante casi toda la película, siendo que desde el primer momento, esta ayuda a ponernos en contexto.
En la primera escena, la utilización de música extradiegética en la que predominan guitarras y acordeón con una melodía alegre, acompaña la imagen de la gente en la calle y niños jugando introduciéndonos en un clima alegre y de armonía. En un fundido muy trabajado, pasamos a escuchar música diegética ejecutada por una banda militar con tambores e instrumentos de viento, pero que es cortada abruptamente por música fúnebre también diegética que interrumpe el desfile y cambia el clima con un trompetista y su melodía triste.
Al pasar la caravana inmediatamente vuelve a sonar la melodía del principio hasta que se terminan de presentar a los que serán los protagonistas. Puede decirse que el pasaje de la caravana funeraria y la música que la acompaña sirven para contrastar y resaltar el buen ambiente que genera la música principal que acompaña la secuencia mientras aparecen los protagonistas, genera un ambiente totalmente armonioso. Todo esto sucede durante los primeros cinco minutos de la película y en todo momento la música está presente, es decir que desde el primer momento se le está asignando un papel relevante.
Lo que más sobresale es la utilización de música extradiegética aunque también en ocasiones existe la diegética sobre todo por la aparición de radios. La elección de la música es acorde al lugar geográfico y a lo que representan los personajes, de raíz folclórica que está claramente ligada en la cultura popular al interior del país y a las zonas rurales. A su vez, acompaña el estado anímico de los personajes, que están muy ilusionados con ir a conocer el mar mientras suben a la caja del camión, pero esta deja de sonar cuando es el turno de Quintana que parece estar totalmente en contra de hacer el viaje. La ausencia total de música deja en evidencia que la personalidad de este personaje es totalmente opuesta a la de los demás, Quintana refleja el mal humor y la amargura, mientras que los demás representan lo contrario, la alegría.
Cuando Quintana sube al camión y este arranca vuelve la música que acompañará prácticamente todo el viaje. La película en su mayor parte transcurre arriba del camión, por lo que varía durante todo el trayecto diferentes tipos de planos que pueden hacerse monótonos y repetitivos, por lo que la música es fundamental para darle fluidez y significado a secuencias que sin ella a pocos mantendría enganchados debido a que lo visual está limitado a lo que pasa en el camión.
La película alterna los planos acompañados de música con planos sin música como cuando existe diálogo entre los personajes. La decisión de intercalar y no abusar de solo uno de los recursos, hace que a pesar de utilizar mucha música no se sienta exagerado sino explotado al máximo, incluso en algunas partes son los propios personajes los que cantan.
Cuando llegan al balneario la música que acompaña la secuencia funciona muy bien, con un estilo musical más cerca del rock and roll totalmente diferente al que escuchamos anteriormente y un ritmo más acelerado y festivo que marcan la diferencia entre lo que los personajes conocían (su pueblo, el campo) y algo nuevo y desconocido, ellos mismos se sorprenden con las cosas que ven y lo diferente que es a lo que están acostumbrados.
El final es musicalizado por una canción más melancólica y melódica mientras los personajes ven por primera vez el mar, cumpliendo una función emotiva, guiada por el sentimiento de Rodríguez a quien le fascina el mar.
Para resumir podemos decir que uno de los puntos altos de El Viaje Hacia el Mar es el uso apropiado de la música para acompañar, transmitir, y sobre todo darle ritmo a escenas que sin ella serían muy lentas y aburridas, dotando a éstas de un toque alegre y en algún caso cómico que favorecen a la fluidez de la película. Sumado a los carismáticos personajes y sus divertidos diálogos son el punto alto de esta película.
Refiriéndonos a lo que respecta a la música en la película 25 Watts, coincidimos en que estas no cumplen un rol tan protagónico en el filme y por lo tanto consideramos que dentro la filmografía visionada es la que menos destaca. Otra de las razones es que, por ejemplo, las canciones no cautivan al espectador como si lo hacen en el caso de El Viaje Hacia el Mar, ya que en esta última sentimos que acompañamos a los personajes en su aventura.
En 25 Watts la música demora en aparecer por primera vez. Si bien tiene una aparición un poco fugaz cuando dos de los personajes van en el auto del trabajo escuchando música haciendo una travesura, esta recién aparece más prolongadamente cuando uno de los protagonistas pone a reproducir un disco y la cámara comienza a girar como si fuera el mismo disco, dando la sensación de que el personaje está siempre en la misma situación, incluso luego de unos minutos el disco se traba resaltando más este detalle.
Al mismo tiempo, otro personaje conduce el auto con las publicidades, pero para no escuchar una y otra vez lo mismo se pone su música para evadirse de la situación. En El Viaje Hacia el Mar esto se da de manera totalmente diferente ya que desde el inicio escuchamos el folklore y este está presente a lo largo de gran parte de la película.
Ambientes y Efectos
Encontramos de sumo interés el trabajo sonoro realizado en la película La Noche de 12 Años, ya que desde el comienzo cumple un papel fundamental para la inmersión del espectador en la historia del film. En la primera escena donde aparecen los protagonistas, el sonido de la respiración se escucha con mayor intensidad que los demás sonidos (por ejemplo, del camión en el que van) dándole mayor fuerza a la cámara subjetiva y haciéndonos sentir la impotencia de los secuestrados.
Una vez que los personajes son encarcelados, los espacios acústicos cambian sustancialmente. Ahora, escuchamos los ecos y reverberaciones de las voces y sonidos en los lugares cerrados, que al no tener prácticamente nada más que las paredes el sonido rebota con facilidad.
En algunos momentos los efectos de sonido combinado con las voces de los militares nos trasladan a la situación en donde ellos utilizan el recurso de golpear las rejas de las celdas junto con insultos y agresiones que solo podían ser escuchados por los presos, haciéndonos vivir una experiencia similar a la que estaban atravesando.
A lo largo del film, el director en cooperación del director de sonido y el montajista, utilizan con frecuencia el recurso de los golpes fuertes (ya sean portazos o golpes a los presos) para cambiar de plano, dándole unidad a la acción y relato.
Los aspectos más destacables de la construcción sonora son dos, por un lado, la comunicación entre Huidobro y Rosencof dentro de los calabozos; y por otro la sensación de locura en la cabeza de Mujica. En cuanto al diálogo que se da entre los dos presos mencionados, es interesante destacar que mediante los efectos de sonido avanza su historia, siendo que reinventaron el código morse a través de golpes en la pared para poder burlar la prohibición de comunicación entre ellos. Este es un punto clave de la historia que, de no ser potenciado por los efectos sonoros, se perdería la atención del espectador.
El segundo punto a destacar es la construcción sonora para transmitir la locura que se estaba gestando principalmente en la cabeza de Mujica. Para esto utiliza sonidos de interferencia mezclados con sonidos de insectos y con la voz en off del mismo personaje que vemos en plano, dando una sensación de extrañamiento. El diseño
sonoro en este aspecto es fundamental ya que no se conseguiría transmitir lo que se busca con el sonido de las tomas directas en el rodaje.
También, cabe destacar que el director utiliza la falta de ambientes en conexión con el uso de música para generar grandes saltos en el tiempo. Durante la película el tiempo avanza de forma lenta, acompañando la sensación de encierro prolongado, pero en los últimos años donde ya se veía venir el final de la dictadura, se toma la decisión de hacer pasar varios años acompañado de una música en inglés que saca al espectador del clima en el que venía.
Por último, encontramos que a lo largo de la película los sonidos corresponden en gran mayoría al universo de los personajes (salvo lo mencionado sobre Mujica), pero casi al final, en una escena donde Huidobro está solo en el patio, se genera un clima de cancha de fútbol gracias a el aliento de los presos. Él actúa como si estuviera jugando al fútbol y el espectador escucha el golpe de la pelota contra el pie por más que no existe tal pelota, haciendo que la escena tenga una coherencia a lo que quisieron representar, el gol es el fin de la tortura.
Por otra parte, yendo a los ambientes y efectos en el film 25 Watts, no notamos un trabajo llamativo en esta categorías. Con esto no estamos diciendo que sea un mal trabajo, sino que en comparación con las demás películas destaca poco, a diferencia de, por ejemplo, La Noche de 12 Años. En 25 Watts nos pareció que los ambientes son casi siempre iguales y que los efectos de sonido más llamativos son, quizás, escasos. Si bien consideramos que hay algunos aspectos a destacar y que funcionan de buena manera como cuando el personaje se “sumerge” en el vaso de agua mientras llama por teléfono, son aspectos puntuales que no se mantienen a lo largo del film.