Grupo 5
Breve análisis del sonido en películas uruguayas
A continuación analizaremos y criticaremos algunas características sonoras de nuestro cine nacional, basándonos en los siguientes filmes: 23 Segundos (Dimitry Rudakov), El Candidato (Daniel Hendler) y El baño del Papa (César Charlone y Enrique Fernández).
Para comenzar, tomaremos como primera característica sonora al uso de las voces. En este caso, un buen ejemplo de un correcto uso de las voces es en el que se da en la película El Candidato. La claridad de los diálogos y la correcta captación de las voces hacen que esta sea la mejor película en cuanto al uso de las voces. Por otro lado, una película quizás de menor presupuesto, como 23 segundos, presenta varios errores al momento de captar algunas voces. Micrófonos mal direccionados, sonidos ambiente saturados y diálogos confusos. Ésta última es la película que presenta el peor uso de las voces.
Quizás lo que más vitalidad le da a un filme sea la música, y en El baño del Papa eso se da de forma sensacional. Los músicos Luciano Supervielle y Gabriel Casacuberta se lucieron creando melodías correctamente adaptadas al contexto nacional, mezclando también sonidos más contemporáneos y modernos. Sin embargo, quien le erró fue Matias Singer, musicalizador de El Candidato, película la cual consideramos maneja el peor uso de la música. Si bien este filme se destaca por su buen uso de las voces, su música hace que todo sea muy simple, plano y aburrido. Quizás la elección de una banda sonora un poco más enérgica hubiese sido mejor opción.
El baño del Papa también se lleva el galardón del mejor uso del sonido ambiente. El mismo está muy bien logrado porque transmite toda la naturalidad y simpleza que el filme desprende, sin necesidad de demasiadas alteraciones. Todo fue mérito de su sonidista Daniel Márquez, quien decidió captar tanto las voces como los sonidos de una forma que reflejen la naturalidad de la ciudad de Melo. Él logró un buen ambiente sonoro y buenos efectos de sonido para que el espectador pueda entrar en contexto sólo al escuchar el filme. Finalmente, 23 segundos no solo presentó grandes problemas con la captación de las voces, como declaramos anteriormente, sino que ocurrió exactamente lo mismo con el sonido ambiente. Por momentos está saturado, alto, y en algunas ocasiones hay ruidos que interrumpen el propio ambiente natural. Adjudicamos todos estos problemas a un pésimo uso de los micrófonos. Este último filme es el que posee el peor uso del sonido ambiente.
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